Calella de Palafrugell, en la Costa Brava, es conocida por su historia y encanto. En este apartamento de 110 m2 con terraza al mar, el interiorista Noé Prades ha trabajado durante. El proyecto se enfocó en crear un ambiente de calma y mediterráneo, con toques retro de la década de 1970.

 

El diseño de Noé Prades se basa en sorprender al cliente en cada rincón del hogar. En este apartamento, las lajas de piedra local en tonos terracota crean un efecto patchwork en el suelo, mientras que los muebles acanalados en la cocina y los zócalos de madera con forma de oleaje en los dormitorios de invitados aportan un toque artesanal y original.
 

Los detalles en este proyecto son clave para crear un ambiente retro y acogedor. El sofá de obra en el salón-comedor, las sillas Panton de Vitra y los apliques vintage encontrados en tiendas históricas como Glashütte Limburg, son solo algunos de los elementos que hacen de este apartamento una obra de arte única. Además, el dormitorio principal cuenta con una caja central acanalada en madera, que separa una pequeña zona de estudio y la cama, y esconde un baño revestido de terracota.